14 D la huella de un sÃmbolo
1988 : veinticinco años después
VV.AA.
Disponible bajo pedido
El 14 de diciembre de 1988 fue una jornada histórica. Nada fue igual después de aquella gran Huelga General. El Gobierno tuvo que rectificar tiempo después y las consecuencias de aquella lucha han perdurado a lo largo de los años.Fue una huelga seguida mayoritariamente por los trabajadores y las trabajadoras y apoyada de forma muy amplÃa por la ciudadanÃa, debido a los objetivos económicos y sociales que perseguÃa. De ahà su evidente dimensión democrática.En el 14-D se reclamó una mayor justicia social, una polÃtica económica y social que permitiera avanzar en bienestar a la mayorÃa de la sociedad española, como un elemento consustancial al propio desarrollo económico del paÃs.En el otoño de aquél año amplias capas de la sociedad estaban movilizadas. Fue el caso de los estudiantes, que escenificaron el descontento en una huelga general de la enseñaza el 1 de diciembre, que culminó con una gran manifestación en Madrid y en la que participaron también Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo, los secretarios generales de CC.OO. y UGT.CC.OO. y UGT insistÃan en unas demandas orientadas hacia un mejor reparto de la riqueza y una necesidad de socializar el progreso económico del momento en forma de polÃticas sociales. Es lo que denominamos desde el sindicalismo el Giro Social. Era lo menos que se podÃa exigir a un Gobierno socialista, votado por millones de personas.La unidad sindical y los apoyos recabados a la convocatoria permitieron que el 14-D fuese un gran éxito de los trabajadores y los sindicatos. Una jornada de lucha, de libertad, de fuerza. Una autentica demostración del poder de la clase obrera y sus organizaciones. Con todo, fue una jornada pacÃfica.El triunfo del 14-D fue reconocido incluso por aquellos que lo negaban. Es cierto que tardó unos meses en dar frutos, pero en el mes de octubre, de 1989 CC.OO. y UGT presentamos la Propuesta Sindical Prioritaria (PSP), un programa común que expresaba de manera detallada las reivindicaciones y el espÃritu del 14-D.A partir de entonces, se abrieron procesos de negociación que dieron satisfacción parcial a las reivindicaciones sindicales, traduciéndose en la ampliación de derechos para las trabajadoras y trabajadores, además de los pensionistas.
El Gobierno de Felipe González terminó retirando el Plan de Empleo Juvenil y se sentó con los sindicatos para retomar el diálogo. Como resultado se incrementó la pensión mÃnima; se amplió la cobertura al desempleo; se estableció para 1989 la cuantÃa de las pensiones asistenciales y del subsidio de garantÃa de ingresos mÃnimos en 20.000 pesetas al mes. Se fijó en sesenta y seis años el lÃmite de edad que otorgaba al derecho a ser beneficiario de la pensión asistencial y se revalorizaron las pensiones. Un año después, en 1990, dimitÃa el ministro de Trabajo.
Son conquistas históricas que hoy, 25 años después, se pretenden recortar. Una vez más, como ayer, como siempre en la historia del movimiento obrero, la lucha es la que permite la conquista de los derechos. Nuestra historia, al fin, es una historia de lucha y de conquistas, pero también de defensa de lo conquistado y de resistencia. Es la lucha de clases, más viva hoy que nunca.