En plena juventud, Miren fue víctima del abuso y la violencia machista y, en consecuencia, se sumió en el dolor y el sufrimiento. Estos se incrementaron por el sentimiento de culpabilidad debido al suicidio de su marido y posterior fallecimiento de otros dos seres queridos, hundiéndola en el pozo de la depresión. Empleó las manos como escudo protector de su rostro con la intención de aislarse delmundo y continuar sumida en la oscuridad de su afligida mente. Gracias a la ayuda del amor ofrecido por seres queridos que se cruzaron en su camino y junto con su valentía, consiguió desprender, pocoa poco, las manos que ocultaban su faz, dejándola al descubierto para que, con fuerza y tesón, se enfrentase a los problemas, caminando con paso firme y decidido por sendas de amor y felicidad. |