Lo que tal vez pudo ser una de las causas de la derrota republicana, ese bullicioso desorden de las masas febriles y ardorosas que pueblan los reportajes de la guerra del bando leal al gobierno democrático, habría de convertirse poco después en la más dolorosaprocesión de gentes humilladas y mutiladas, apenas sin rasgo y sin nombre, abandonando para siempre su país y dejando a su paso tan profundas cicatrices en la dolorida tierra española que las cámaras cinematográficas no podrán dejar de notar, aun sin quererlo, su ominosa presencia |