El cubismo durante la Primera Guerra Mundial
en La Galerie L'Éffort Moderne
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No es fácil tratar de reconstruir la vida del segundo cubismo, aquél que como consecuencia del estallido de la Primera Guerra Mundial y el desmembramiento de la vida artÃstica parisina se vio obligado a reformularse, a reinventarse, a buscar nuevos horizontes. Poco sabemos de la labor de Léonce Rosenberg, quien estarÃa llamado a ser el sucesor de Daniel Henry Kahnweiler, el célebre marchante de arte cubista exiliado en Suiza durante estos tumultuosos años, y de su galerÃa L'Effort Moderne. De él se ha dicho, que sus conocimientos sobre materia artÃstica eran bastante superficiales y en muchos casos confusos, o que su encorsetamiento, cercano a la extrema derecha, le hizo apostar por un cubismo racional, frÃo y matemático, pero sobre todo colectivo y comercial. Quizás sea cierto, pero no hay olvidar que a él se le debe la tenacidad de apostar por un movimiento en el que algunos aún creÃan, y que su incondicional esfuerzo permitió que muchos artistas pudiesen vivir y trabajar durante la guerra e inmediatamente después, propiciando la concepción de algunas de las más excepcionales obras de sus carreras artÃsticas, incluso cuando ello le supuso la bancarrota. A Rosenberg se le debe, en definitiva, la posibilidad de que este segundo cubismo existiese. Este libro, profundamente cimentado en las correspondencias intercambiadas entre marchante y artistas que se conservan, ahonda en la labor comercial de este carismático personaje y su galerÃa, al tiempo que profundiza en la riqueza estilÃstica que los intercambios artÃsticos de los artistas que de ella formaron parte posibilitaron al cubismo, en un intento de, al menos en parte, resarcir la deuda que la historiografÃa ha contraÃdo, desde hace mucho, con Léonce Rosenberg.