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El presente ensayo responde al hallazgo fortuito de sendos carteles de festivales taurinos, celebrados en el verano de 1901, entre cuyos ingredientes cómicos se barajaban los nombres de Electra, la heroÃna del controvertido drama de Pérez Galdós estrenado en enero, y de Don Tancredo, por las mismas fechas protagonista de una heterodoxa suerte como «hipnotizador de reses bravas» a cuerpo limpio, que le valió el universal dictado de «Rey del valor». Tan rara coincidencia, no registrada anteriormente en los estudios galdosianos, ha dado pie a la tentativa de reactualizar selectivamente el entramado mediático que, apenas iniciado el siglo XX, en una incipiente sociedad de masas todavÃa bajo los efectos depresivos de la crisis colonial, dio pábulo a una amalgama transversal del teatro simbolista de ideas, los géneros musicales ligeros y las grotescas trivializaciones taurómacas, suscitando una secuencia cultural, tan intensa como olvidada, colmada de apasionados debates, reflexiones crÃticas y ramificaciones por toda la geografÃa peninsular, cuyo relato factual se documenta complementariamente con una antologÃa de textos efÃmeros, en su mayor parte de procedencia periodÃstica.