El libro sexto de la Eneida -aquí traducido en hexámetros castellanos en obediencia al ritmo del original- fue recitado por Virgilio, junto con el segundo y el cuarto, como primicia de su epopeya ante el príncipe Octavio y algunos miembros de su familia a fines del año 23 o comienzos del 22 antes de Cristo. Es el libro central de la obra, y uno de los mejor valorados por críticos y lectores. Cuenta cómo Eneas, tras bajar al reino de los muertos, adquiere -por boca del fantasma de su padre Anquises- plena conciencia de su misión y del destino imperial de su pueblo. En él se recoge no solo el legado de Homero, sino de buena parte del pensamiento antiguo sobre la muerte, la inmortalidad y la vida de ultratumba. Libro además que influye poderosamente en la cultura occidental, sobre todo por mediación de la Divina Comedia de Dante. Aquí se muestra lo mejor y más sublime del arte poético virgiliano. Celebérrima es, por ejemplo, la estampa del héroe en su descenso, acompañado de la sibila (versos 268-272) |