Sería inútil decir que el lenguaje de RJ ya no es el castellano. Se suelen decir esas cosas, como si existieran lenguas personales o como si la poesía pudiera distinguirse fácilmente de una «lengua normal» y un uso normal (instrumental, comunicativo) de la misma. Antes bien, lo que hace RJ es mostrarnos que toda lengua es extranjera, que nuestra lengua materna nos es constitutivamente extraña y que para comunicarnos hemos renunciado a zonas del afecto y del lenguaje en las que se hunde el infante: el balbuceo, la canción, el ritmo, la repetición. RJ hace un trabajo de desautomatización, o, por usar sus palabras: desfosiliza, desacumula: el poeta es un anautómata. |