Un viento y una fiebre similares recorren estos nueve relatos, en los que asistimos al derrumbe y al viaje de sus protagonistas, llevados por un destino del que no parecen ser sino juguetes. De la mano de una prosa brillante, su autora desmenuza las espirales del sexo y de la muerte, del amor, la esperanza y el desengaño, y nos conduce a los respectivos mundos de sus monstruos mediante situaciones de intenso erotismo, desnudo o soterrado, de ridículo, de realismo despiadado e incluso de patetismo, que llevan al lector a compadecerse o amar a sus protagonistas. Bruno Luna, el domador de leones a la caza de una quimera; Corradini, con cuyo desencanto penetramos en el mundo del porno de los 80', o Sara, la mujer que se enfrenta al pasado con su cuerpo como campo de batalla, son algunas de las criaturas que pueblan Guibli, y con las que Ana Ares nos agita y conmueve de forma magistral. |