A estas memorias concisas e intensas se asoman muchos personajes, casi todos ellos amigos de don Fernando, lo mismo da que fueran correligionarios o adversarios políticos: Satrústegui, Garrigues, el cardenal Herrera, el padre Llanos, Federico Silva, Dionisio Ridruejo, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González, don Juan y don Juan Carlos... Eterno conspirador de los cincuenta, los sesenta y los setenta, democristiano de pura cepa, fue uno de los protagonistas de la Transición. Presidió el Congreso de los Diputados de la primera legislatura democrática y cumplió uno de sus grandes sueños al firmar la Constitución de 1978. Cerca ya de los noventa años, Álvarez de Miranda cuenta por primera vez de forma detallada sus experiencias y explica también el desencanto de los últimos años, en los que ve tambalearse la concordia, el legado de la Transición. |