La isla de los ojos

Un pintor se retira a pasar una temporada a una isla que le han recomendado unos amigos para intentar superar una crisis creativa Desde el mismo momento que el protagonista arriba a Isla Menor -la Isla de los Ojos- el misterio lo acompañará como una sombra. Rechazado al principio por la desconfianza que inspiran sus preguntas “prohibidas” y solicitado después por todos los que significan algo en la Isla el pintor representa en la novela la mirada de la perplejidad y de la fascinación ante una forma de vivir (y de morir) paralela a la maquinaria del progreso y de la modernidad