Este es un poemario sobre la muerte que todo ser humano sufre cuando visita Cyterea. Aquel que visita esa isla dichosa, de plenitud, no sale indemne: sólo se puede morir en Cyterea, dejar allí un cuerpo y marcharse contemplando desde la orilla aquel cuerpo que poco a poco el tiempo va mordiendo incesantemente. Este poemario es aquel cuerpo, que se erige con la lectura de cada poema, y es también la mirada nostálgica de quien ya solo puede ver ve otro cuerpo, desde lejos, como alguien con quien cruzó una mirada durante algunos segundos en una fiesta que se parecía mucho a la felicidad |