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En la Antigüedad es donde con más intensidad y claridad aparece la religión en sus cuatro dimensiones, el culto (su forma paleolÃtica), la moral (su forma neolÃtica), la dogmática (su forma en la Edad de los Metales) y la oración (la forma de la Antigüedad), que se integran objetivamente en la institución eclesiástica y subjetivamente en la persona del fiel cre-yente (forma quinta de la religión en la época histórica). Cuando en la era axial se descubre el Nous, se acede al punto de vista trascendental y se produce el tránsito de las categorÃas religiosas del conocimiento sensible y de la existencia estética, a las de la imaginación y de la existencia ética, a las del intelecto racional y la existencia religiosa intelectual, y finalmente a las del intelecto espiritual y las categorÃas de la existencia religiosa espiritual. Al llegar a este punto se percibe la religión y su historia de dos modos. Primero, co-mo la historia sagrada empÃrica de cada pueblo con Dios. Segundo, desde un punto de vista trascendental, como la historia del modo en que cada pueblo es el elegido y cada individuo también.