Un ensayo que rastrea la génesis de Un bigote para dos, la película perdida que Tono y Mihura estrenaron en los años cuarenta, un experimento desopilante en plena posguerra española, resultado de la deconstrucción de una opereta austriaca para, mediante el doblaje, dotarla de un sentido completamente nuevo y profundamente transgresor. Aguilar y Cabrerizo nos revelan el origen del canibalismo cinematográfico que enfrentó a Tono y Mihura con Jardiel Poncela, y que supuso un hito con h para la comedia española, cuya herencia posterior la encontramos, durante la Transición, en Gila, Tip y Coll, Buero Vallejo, Jesús Franco o Luis Berlanga, entre otros, y ya en la actualidad en las piezas televisivas de “Retrospecter” y “Mundo viejuno”, concebidas por Joaquín Reyes para La hora chanante y Muchachada nui. |