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El 5 de junio de 1923, los rebeldes rifeños cerraban el cerco a la estratégica posición española en el collado de Tizzi-Azza. La gravedad de este envite obligó al ejército español a forzar el cerco y llevar a cabo una dura, corta, olvidada y sorprendente batalla, que enfrentarÃa a legionarios y regulares, lo más granado de la InfanterÃa española, contra las tropas de Abd-el-Krim.
La situación en el saliente de Tizzi-Azza era realmente complicada, tanto que, a finales de mayo de 1923, el abastecimiento de las posiciones españolas era un riesgo permanente, y sólo podÃa efectuarse a cambio de fuertes combates.
Los soldados españoles serÃan lanzados a ciegas al combate, a pecho descubierto, sin apoyo artillero ni de la aviación, dándose la paradoja de que sus enemigos, los rifeños, en contra de lo que solÃan hacer, en esta ocasión habÃan fortificado la zona con trincheras y alambradas, al estilo europeo, y disponÃan de ametralladoras y artillerÃa.
Precisamente en la acción desarrollada en la Peña Tahuarda, el entonces jefe del Tercio de Extranjeros, teniente coronel Rafael Valenzuela Urzáiz, caerÃa muerto junto a muchos de sus legionarios, contabilizándose en esa jornada 197 bajas de hombres del Tercio, la mayorÃa de la 2ª Bandera.