Estas memorias de Manuel Domecq Zurita, tan bien recogidas y acogidas por Carmen Oteo, dan más de lo que prometen. Por supuesto, dan fe de una Ă©poca gloriosa para el vino de Jerez y el Jerez del vino. AquĂ hay amor y lujo de sobra, tradiciĂłn y tipismo, y eco y anĂ©cdota como para satisfacer a los paladares más exigentes que se acerquen al reclamo del prestigio sonoroso de las grandes estirpes bodegueras. Con todo, en paradoja muy del gusto de Eugenio d’Ors, lo más costumbrista nunca es lo más individualizador. D’Ors llamaba la atenciĂłn sobre lo parecidos que resultan todos los trajes regionales europeos y las danzas tĂpicas. AsĂ, fueron los Buddenbrooks los que terminaron de aclararme, con la luz indirecta de un espejo, a las familias notables de mi comarca, alguna relativamente (si me permiten el anglicismo) cercana y otras más aĂşn desde mi boda. Como en la novela de Mann, en las lágrimas del vino, se cuenta la historia de una vieja y ennoblecida familia de negocios, a la que se admira, se ama, se comprende y, al final, se llora. Lo verdaderamente singular e insustituible de este libro, sin embargo, es el alma de un hombre, como no podĂa ser de otro modo. Sobre el telĂłn de fondo -esplendorosamente bordado- del jerez y su mundo, asistimos a una inesperada historia personal, intransferible y estremecida, que alcanza, y no contábamos con eso, a conmovernos. E. GarcĂa-Máiquez Carmen Oteo Barranco naciĂł en Jerez de la Frontera en 1967. Casada, licenciada en Derecho, ejerce como abogada desde 1992 en su ciudad natal. Imparte clases de Derecho en el Máster de acceso a la abogacĂa de la Universidad de Cádiz y del Ilustre Colegio de Abogados de Jerez de la Frontera. Ha sido colaboradora del Diario de Jerez con su columna semanal, “El CuentahĂlos”, que ha publicado durante cuatro años, entre 2008 y 2012. Este es su primer libro.