Libro de los juegos

Los conceptos de “seso”, “ventura” y “cordura”, relacionados respectivamente con cada juego (ajedrez, dados y tablas) constituyen el referente teórico que enmarca todo el Libro de los juegos. Como ideas recurrentes en la obra Alfonso X destaca el carácter intelectual y culto del juego, que debe practicarse con equilibrio y con mesura para expandir las virtudes de la práctica intelectual. Con un bello prólogo introductorio, al más puro estilo alfonsí, el autor justifica la invención de los distintos juegos como búsqueda de la felicidad y del disfrute por parte de los hombres, a la vez que fomenta los bajos instintos, como la codicia, que son fuente de todo mal. La siguiente obra del volumen, Ordenamiento de las tahurerías, que funciona como contrapunto y complemento de la anterior, es un texto de carácter jurídico y normativo enmarcado dentro de las obras jurídicas menores del autor, por su especificidad. Recoge las normas concretas que deben regular el funcionamiento de las tafurerías y su principal interés, no sólo como documento legal, es que acerca al lector actual a la vida cotidiana de estas casas de juego medievales, las costumbres de quienes las frecuentaban y los castigos físicos y multas que se seguían de ciertos trucos, artimañas y otras conductas delictivas.