Tratado sobre hostelería en clave de humor para profesionales y clientes, 1

Si existe un sentimiento universal es que a todos nos gusta “que nos traten bien”. Nos encanta que nos cuiden, que nos mimen, percibir que el otro se deshace por agradarnos y que celebremos con felicidad cada momento, por pequeño que sea.
Solamente por el precio de un café a media mañana podemos disfrutar de una pequeña experiencia gastronómica cuando el trato es humano y servicial, cuando todo está en orden, cuando el producto es de calidad y está perfectamente ejecutado. O podemos pensar contrariados, incluso enfadados, vamos a decirlo, jodidos, mientras salimos “yo aquí no vuelvo”.
La técnica se aprende, pero los errores o retrasos se justifican con comprensión cuando nos han puesto en bandeja empatizar porque la cortesía ha sido el punto de partida.
La mejor croqueta del mundo puede ser eso, simplemente la mejor croqueta del mundo. Pero cuando te las trae tu madre (en mi humilde caso), recién hechas, con ese cariño a la mesa, con esa cara de satisfacción, posa la bandeja y te mira y te da un beso, ya no es una croqueta. Es amor. Y eso es impagable.
Deseamos que en este Tratado ustedes sientan ese mismo amor por el servicio a los demás en nuestros bares y restaurantes