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Al término de la Guerra Civil española, uno de los objetivos primordiales del Ejército de Tierra era reemplazar los veteranos y fogueados medios blindados sobre cadenas que equipaban las unidades acorazadas. Para ello se consideró la posibilidad de crear un carro de combate de factura nacional. El capitán de ArtillerÃa Félix Verdeja Bardales, quien desde septiembre de 1937 habÃa estado al mando de la compañÃa de talleres de las unidades de carros de combate del Ejército Nacional, conoció de primera mano las virtudes y defectos de los vehÃculos blindados en servicio. Esta circunstancia, unida a sus innatas capacidades para la mecánica y la invención, le permitieron acometer la extraordinaria tarea de desarrollar un carro de combate en unos años muy difÃciles