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Carme Chacón vivió siempre como si no tuviera el corazón al revés. Estaba hecha de esa pasta que sella el coraje con sentimiento y la disciplina con entusiasmo. No lo tuvo fácil. Luchó, y mucho. Trece médicos asistieron a su nacimiento. Los primeros dÃas ni le pusieron nombre, pero sobrevivió.» También sobrevivió a los golpes bajos de la polÃtica, al machismo de la época, al amor y al desamor y a una cierta conciencia de fracaso. Su figura es sÃmbolo de una generación que creció en libertad y creyó en la educación como ascensor social. Chacón rompió una esquina de ese techo de cristal que todavÃa somete a las mujeres al ser la primera ministra de Defensa de un gobierno de España. PolÃtica de convicciones progresistas forjadas a partir de su historia familiar y con un fuerte compromiso con la igualdad, modernizó las Fuerzas Armadas y fue la mujer que estuvo más cerca de liderar el PSOE. Se anticipó a la fractura de Cataluña con España y al movimiento 15-M e intentó renovar la vieja polÃtica de los privilegios: «Cuando decimos izquierdas, hacemos izquierdas