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Y aquà aparece Joan Nogué y su genial capÃtulo "Las carreteras y el paisaje".
"En efecto, muchas carreteras comarcales y locales siguen el trayecto de antiguos ejes viarios que hunden sus orÃgenes en tiempos remotos, como nos demuestra la cartografÃa histórica. Con el paso de los años se fueron adaptando a los nuevos sistemas de transporte que debÃan transitar por ellas, pero conservan en su mayorÃa el trazado original y parecidas dimensiones asà como elementos arquitectónicos de elevado valor patrimonial (puentes, muros de contención, arbolado). De hecho, su propio itinerario per se, muchas veces, es un auténtico libro abierto al pasado, una verdadera lección de geografÃa histórica, con páginas abiertas a la estructura de la propiedad de la tierra o a la historia agraria de la zona. Por otra parte, su trazado es a menudo una excelente muestra de adaptación a los condicionantes del medio fÃsico, de tal manera que a veces parece que el terreno ha estado "esperando" la carretera o, dicho de otra forma, que no pudiese seguir otro recorrido que el que siguió. Como si de vasos capilares se tratara, estas carreteras sustentan aún hoy la extraordinaria red viaria local de Inglaterra, PaÃs de Gales, la Bretañana francesa, casi toda Noruega y otras muchas regiones europeas cuyas autoridades se han dedicado a mantenerlas en buen estado, y sólo han intervenido en las mismas cuando era estrictamente necesario y siempre de manera quirúrgica, con elegancia y profundo sentido del lugar. Por eso sorprende y duele mucho más cuando uno contempla estupefacto determinadas intervenciones desmesuradas y desproporcionadas en nuestra propia red secundaria, en una actitud muy propia del nuevo rico; actuaciones que no atienden a los valores patrimoniales descritos y que se justifican por supuestas razones de seguridad y de intensidad de tráfico, a pesar de que éste suele concentrarse en unas pocas horas a lo largo del fin de semana".