Hablemos de Derechos Humanos
la doctrina del TEDH y su aplicación en España desde los votos particulares del Juez Paulo Pinto de Albuquerque
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La doctrina del TEDH y su aplicación en España desde los votos particulares del Juez Paulo Pinto de Albuquerque. "Hablemos de Derechos Humanos" es un libro orientado a divulgar, difundir y transmitir a la comunidad jurÃdica de los paÃses de habla hispana el pulso actual de los DDHH en el ámbito del Consejo de Europa. Para ello, los casos más polémicos y actuales de DDHH resueltos por el TEDH se dan cita en este libro, planteando dilemas éticos y jurÃdicos que no dejarán indiferente a ningún lector/a, puesto que ocurren en nuestro entorno cotidiano más próximo. La "crimigración", las devoluciones en caliente, la violencia de género como forma de trato inhumano, la gestación subrogada, la persecución de los crÃmenes del franquismo, la prisión permanente revisable, las formas actuales de esclavitud y explotación laboral, la trata de seres humanos, el derecho de huelga, el despido sin causa o los permisos parentales, son buenos ejemplos de que este libro es una auténtica ventana abierta a la realidad actual. Para tratar todos esos temas, se establece un diálogo entre la doctrina del TEDH y la doctrina de los tribunales españoles. Los interlocutores son Paulo Pinto de Albuquerque, Magistrado del TEDH desde 2011 y Carlos Hugo Preciado Domènech, Magistrado especialista en derecho del trabajo y DDHH en el TSJ de Catalunya. Se parte de los votos particulares de Paulo Pinto, que gozan de un insuperable valor pedagógico, tanto por su exhaustividad y rigor analÃtico, como por su insobornable compromiso con la defensa de los derechos humanos. Se cumple asà con el propósito divulgativo de este libro, novedoso en su enfoque, igualmente útil para el jurista y el académico y llamado a convertirse en una valiosa herramienta para el conocimiento y aplicación de los DDHH en España e Iberoamérica. En ésta monografÃa, los autores ofrecen un ejemplar testimonio de conciencia nomológica; de cómo el más exigente y riguroso quehacer jurÃdico no conduce a la aceptación de lo dado; de que el cometido básico del jurista no es el mero descriptivismo cientÃfico-técnico, por depurado que resulte, sino el ir al fondo de la realidad, aun cuando ello requiera desenmascarar conceptos y categorÃas que, presentándose como la única verdad posible, a veces no pasan de ser, por decirlo con la enérgica palabra de Hernández Gil, "simples estratificaciones ideológicas perfectamente removibles".