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Desde su fundación en el siglo II a.C. por el cónsul de Roma Marco Claudio Marcelo, la ciudad de Córdoba ha ocupado un lugar privilegiado en las páginas de la historia de forma prácticamente ininterrumpida, alcanzando su mayor esplendor en el siglo X como capital de occidente bajo el mando la dinastÃa Omeya.
La guerra civil en al-Andalus, los reinos de Taifas y los intentos de Almorávides y Almohades por devolver el esplendor al desgastado califato, desembocaron en 1212 en la célebre batalla de las Navas de Tolosa, con la que parecÃa anunciarse la caÃda de Córdoba que acaecerÃa veinticuatro años después ante una débil resistencia. Con la celebración en 1241 del Fuero de Córdoba, el rey Fernando III El Santo autorizaba la organización de la ciudad recién conquistada en catorce collaciones en torno a otras tantas iglesias de nueva construcción que administrarÃan y regirÃan la repoblación cristiana de la ciudad: las Iglesias Fernandinas. Estos templos se erigirÃan literalmente sobre su pasado andalusÃ, y recibirÃan la impronta de las corrientes artÃsticas a las que sobrevivieron, resultando en una amalgama única de arquitectura mudéjar, gótica y barroca, y dotarÃan a sus barrios de un carácter único y atemporal que impulsarÃa la denominación del casco histórico donde se insertan como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994.
La indivisible historia de las Iglesias Fernandinas y los barrios que administraban, las curiosidades que encierran los nombres de algunas de sus populares calles y un exhaustivo estudio del arte y arquitectura cristianos, se unen a la experiencia visual única que proporcionan sus espectaculares fotografÃas y culminan en esta cuidada edición, publicada con motivo del 775 aniversario del edicto que les darÃa vida