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Este libro ofrece un recorrido fascinante por los jardines históricos que los nobles españoles construyeron para su deleite y donde dispusieron colecciones botánicas y anticuarias de enorme valor. En paralelo, repasa los espléndidos jardines de los libros de caballerÃas; allà sus personajes curaban su melancolÃa, tenÃan encuentros amorosos o celebraban banquetes, fiestas y bailes. Con la ayuda de numerosos testimonios (crónicas, cartas, cuentas de gastos, relatos de viajes) y la vista siempre puesta en las aventuras que encandilaron a don Quijote, se establece un fructÃfero diálogo entre la ficción caballeresca y la realidad de la época que permite reconstruir el panorama de los jardines nobiliarios en la España del siglo XVI, la mixtura e hibridación de sus formas medievales y renacentistas, la herencia andalusà y las influencias francesas, italianas y flamencas.
El jardÃn, la más frágil y efÃmera de las formas de arte, fue un fenómeno cultural de primer orden en la España del Renacimiento. En tiempos de Carlos V y Felipe II –el más jardinero de los Austrias españoles– estos palacios de verdor se convirtieron en sÃmbolos de poder, en una arquitectura parlante que reflejaba las inclinaciones espirituales de sus propietarios a través de las melodÃas del agua, el canto de los pájaros, los setos floridos, los árboles cargados de frutos y las esculturas antiguas. De la mano de escritores, mecenas y viajeros, la autora se adentra en la historia de los jardines de la nobleza y los vergeles de papel.