Y el espíritu abrazando la carne

San Ireneo de Lyon ha sido objeto de diversos estudios en los últimos años, quizá por representar una de las miradas patrísticas más olvidadas o porque su sensibilidad responde bien a nuestro momento actual. La autora ha querido estudiar cómo actúa el Espíritu Santo en la humanidad de Jesús, del nacimiento a su muerte a partir de la teología ireneana, marcada por el crecimiento, el valor de la carne lo humano y la presencia continua del Espíritu. ¿Podemos, entonces, afirmar que la acción del Espíritu Santo es constitutiva de todo ser humano? Si así fuera, ¿Cómo releer la unción de Jesús en el Jordán?, ¿Cómo integrar el crecimiento progresivo del Espíritu en lo humano (también en Cristo) sin desdibujar la encarnación o la teofanía del bautismo? Como afirman Gabino Uríbarri y Nurya Martínez-Gayol en el prólogo, "este estudio resalta de modo singular el proceso como elemento constitutivo de la humanidad del Salvador, y en consecuencia, también de la nuestra", ofreciendo "argumentos y material para una renovación de la cristología, la antropología y la soteriología", desde el rigor teológico y los cuestionamientos personales. Como un continuo abrazo que va entreverando lo humano y lo divino.