Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio de Buenos Aires, apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables y su familia -de clase media, convencional y católica- se fue resquebrajando. Pero, pasado ese tiempo, la verdad sale a la luz gracias al persistente amor del padre de la víctima ymostrará lo que se esconde detrás de las apariencias, la crueldad a la que lleva el fanatismo religioso, el daño provocado por la complicidad de los temerosos e indiferentes y, también, la soledad de quienes se animan a seguir su propio camino, ignorando mandatos heredados
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