El vocabulario Pomier
Gómez López, Ricardo
Zulaika Hernández, Josu M.
Universidad del País Vasco, 2020
(Anejos del Anuario del Seminario de Filología Vasca "Julio de Urquijo" ; 72)
(Monumenta linguae vasconum.Studia et instrumenta ; 11)
408 p. 24x17 cm.
9788413192321

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El Vocabulario Pomier llega a la Biblioteca Foral de Bizkaia en 1921, coincidiendo con un periodo de florecimiento de los estudios vascos que, en buena medida, se centra en la búsqueda y edición de textos antiguos. Sin embargo, parece que los viejos repertorios lexicográficos no entraban dentro de la nómina de textos vascos a recuperar. En este sentido, Blanca Urgell llama la atención sobre el hecho de que, a partir de la publicación del “Diccionario vasco-español-francés” (1905-1906) de Azkue, se produjo entre los vascólogos de la época una especie de sentimiento de relajación en cuanto a la necesidad de seguir rescatando del olvido antiguos vocabularios. Ni siquiera los vascólogos más apegados a la tradición parecen sentir esa necesidad, mientras se dedican con afán a la reedición de otro tipo de textos antiguos.
Los repertorios lexicográficos, entendidos entonces como meros recipientes de palabras, solamente podían tener cierto interés en tanto en cuanto contuviesen un importante número de voces que pudiesen enmendar o complementar la obra de Azkue. Prueba de ello es el que, a pesar de ser una obra cuya existencia era conocida desde antiguo entre los vascos, haya que esperar hasta el año 1958 para que Mitxelena y Agud publiquen el inédito “Dictionarium linguae Cantabricae” (1562) de Landuchio. Urgell señala esa fecha y ese hecho como revulsivo que imprimió carácter y sirvió de acicate, marcando un cambio de tendencia en la lexicografía histórica vasca que, entre otras cosas, implicó que los diccionarios vascos antiguos volvieran a suscitar el interés de los estudiosos.
Haciendo nuestras las observaciones de Urgell, podemos entender por qué el Vocabulario Pomier no fue publicado cuando fue descubierto: era innecesario porque no parecía contener demasiadas voces que fuesen a la vez castizas e inéditas y que, por ello, pudiesen servir de complementación del diccionario de Azkue. Hoy ya no cabe la excusa del desconocimiento de su existencia, como tampoco están vigentes los criterios meramente utilitaristas que podrían, en su día, haber etiquetado como de innecesarios la edición y el estudio de este repertorio lexicográfico.
Este libro estudia, hasta donde nos es conocida, la historia del manuscrito, aportando también una descripción física del mismo y deteniéndose asimismo en la importante disyuntiva de determinar si el manuscrito conservado es original o si, por contra, nos hallamos en presencia de una copia o puesta a limpio de otro escrito anterior.