Inteligencia emocional práctica
Pose, Carlos
Comares, 2023
(Filosofía hoy ; 103)
136 p. 24x17 cm.
9788413695563

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El término inteligencia se ha vuelto tanto ubicuo como equívoco en la actualidad. Hoy se habla de inteligencia artificial, de inteligencia animal, de inteligencia emocional, etc. Sin embargo, el término inteligencia, utilizado fuera del ámbito humano no puede tener más que un sentido, bien análogo -en el caso de los animales-, bien metafórico -en el caso de los artefactos. Y la expresión inteligencia emocional, tan en boga en la actualidad, describe una función psicológica y no una una nota esencial (o fenomenológica) de la realidad humana. Es igualmente un error entender la inteligencia en sentido puramente racional, negando tanto al sentimiento como a la volición su capacidad específicamente intelectiva, de acceso a la realidad. De ahí que, en un sentido amplio, con el término inteligencia nos referirnos en esta obra tanto al vector intelectual como al emocional y práctico. Esta es la razón por la que hablamos de "inteligencia emocional práctica". Se trata de la fórmula que mejor expresa los caracteres específicos de la realidad humana desde la última filosofía de Zubiri y de la aportación más importante del autor al tema de los vectores psíquicos humanos. La tesis que se desarrolla en esta obra es pues que tanto el sentimiento como la volición, y no solo la razón, aprehenden la realidad como realidad. El sentimiento, por ejemplo, actualiza una dimensión irreductible de la realidad. Todo sentimiento es sentimiento de la realidad. Y esto que vale para el sentimiento, vale también para la volición y la vida práctica, lo cual conlleva la superación tanto del "intelectualismo moral", como del "emotivismo moral" o del "voluntarismo moral", tres de los sesgos más frecuentes en la historia de la ética. Apoyados por lo tanto en el inteleccionismo zubiriano, sostenemos que la "inteligencia emocional práctica" como unidad específicamente humana va más allá de la "inteligencia emocional", una expresión parcial, funcional y puramente psicológica. La intelección es solo y siempre intelección emocional y práctica. Tal es el resultado más logrado de esta obra y el presupuesto fundamental para la construcción de una ética de inspiración zubiriana a la altura del siglo XXI.