Las pinturas murales de la capilla de Santa Bárbara de la catedral vieja de Salamanca
Gutiérrez Baños, Fernando
Azofra Agustín, Eduardo (ed.)
Cabildo Catedral de Salamanca, 2020
176 p. 25x22 cm.
9788409236060

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En marzo de 2019 causó gran expectación el descubrimiento de las pinturas murales que, a manera de retablo, decoraron originalmente el altar de la capilla de Santa Bárbara de la catedral vieja de Salamanca, edificada a mediados del siglo XIV por el obispo don Juan Lucero. En realidad, se sabía de su existencia desde 2014, pero solo pudieron ser desveladas cinco años más tarde, en el contexto de una intervención integral en la capilla financiada por la Junta de Castilla y León. De inmediato se acometió su restauración, que pudo ser presentada al público en febrero de 2020, justo antes de que la pandemia causada por la COVID-19 trastocara todas nuestras vidas. Su restauración causó no menos expectación que su descubrimiento, pues se arbitró un dispositivo que hiciese compatible la existencia del retablo que desde el siglo XVI había ocultado las pinturas murales con la propia conservación y exhibición de estas: merced a un soporte que permite el desplazamiento lateral del retablo renacentista, las pinturas murales medievales pueden ser vistas los días pautados para su exposición.Precisamente, el hecho de haber sido ocultadas, sin más, por un retablo renacentista es lo que ha permitido que las pinturas murales medievales hayan llegado hasta nuestros días en tan buen estado de conservación, pues nunca fueron agredidas por picados o por enfoscados que sirviesen de soporte a nuevos enlucidos. De ahí que el resultado de la intervención sea simple y llanamente espectacular y permita apreciar en todo su valor un conjunto de referencia del arte castellano y europeo del siglo XIV, tanto a nivel iconográfico como estilístico.En este libro, promovido por el Cabildo Catedral de Salamanca, se aborda de manera monográfica el estudio histórico-artístico de las recién recuperadas pinturas murales. En un primer capítulo se aborda el estudio del espacio en el que se encuentran: la capilla funeraria privada edificada por don Juan Lucero, quien fuera primero obispo de Salamanca (1339/40-61) y después obispo de Segovia (1361-64), responsable, sin duda, del conjunto objeto de estudio, que se puede fechar ca. 1350-60, en un momento de evolución y cambio de la pintura de estilo gótico lineal que suma con esta obra un conjunto del máximo nivel en Castilla. A continuación, se estudia la figura de Santa Bárbara en la tradición hagiográfica medieval, poniendo especial acento en la recepción de su culto en Occidente y, sobre todo, en Castilla, donde, aunque fue relativamente tardía, se mantuvo apegada a las versiones más antiguas y extravagantes de la leyenda de la santa (lo cual se refleja en las pinturas murales). Antes de pasar al estudio pormenorizado de cada escena, se estudia la figura de Santa Bárbara en la tradición iconográfica medieval, que pone de manifiesto lo extraordinario del conjunto salmantino por su antigüedad y por la singularidad de alguna de sus escenas. El libro está copiosamente ilustrado por un espléndido reportaje fotográfico de Óscar García que se completa con una vasta recopilación de la iconografía de Santa Bárbara en el arte medieval (sin duda, la más completa que a día de hoy existe), lo que hace de él, sin duda, una obra de referencia más allá del caso particular que se analiza, y se cierra con la edición de una vida de Santa Bárbara castellana contemporánea de las pinturas murales que se encuentra en un códice escurialense.La importancia de la obra y la calidad del estudio no hubieran quedado suficientemente resaltadas de no haber mediado la labor como editor de Eduardo Azofra, que ha sido capaz de poner en valor cada detalle de esta monografía sobre un interesantísimo conjunto de pintura mural gótica del siglo XIV.