Obras completas, 1
García Lorca, Federico
Fundación José Antonio de Castro, 2019
(Biblioteca Castro)
1054 p. 22x14 cm.
9788415255604

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En Impresiones y paisajes, su primer libro publicado en 1918 a partir de una serie de viajes de perfil artístico, descubrimos la mirada del joven Lorca que todavía está inmerso en el espíritu romántico mientras que sus Conferencias se insertan dentro de la necesidad de formación propio de la II República. En ellas reflexiona sobre la “Arquitectura del cante jondo”, o años después, sobre el entusiasmo gongorino que caló en muchos de sus contemporáneos. Ahí se aprecia esa dialéctica entre la tradición y la vanguardia, entre el romancero y las metáforas gongorinas frente al estímulo surrealista que estaba en el ambiente y empuja su búsqueda de nuevos modelos expresivos.
Y ya dentro de su poesía, arranca el tomo con sus primeros versos en Libro de poemas (1922) donde refleja el paisaje de la Vega granadina y revela nostalgia de la infancia con ecos modernistas de Darío, Machado o Verlaine. En adelante y sin perder del todo la sensualidad modernista vemos cómo experimenta con formas breves en Suites, mientras que en el Poema del Cante Jondo (escrito en 1921 y publicado diez años después) una voz nueva busca la esencia de lo andaluz e inserta siguiriyas, soleás o peteneras con el llanto de la guitarra.
Lorca conoció el folklore gallego por los músicos de la Residencia de Estudiantes y ya en Suites y Canciones apreciamos la huella de la lírica galaico-portuguesa, tradición que dará como fruto los Seis poemas galegos compuestos entre 1932 y 1935.
Algunos dijeron que el Primer romancero gitano fue el libro de poesía más triunfal del siglo XX. Aquí el poeta combina el fragmentarismo del romance y la discontinuidad de la estética vanguardista, además de entender lo gitano como lo más elevado, profundo y esencial del ser andaluz, con la Pena como protagonista única.
A la disciplina métrica de las Odas le siguen los Poemas en prosa (escritos entre 1927 y 1928) como respuesta a una mirada nueva, en la que todo es emoción pura, que cristalizará poco después en la estética vanguardista de Poeta en Nueva York: “París y Londres son dos pueblecitos si se comparan con esta Babilonia trepidante y enloquecedora” señala el propio poeta. La emoción se desliga ahora de todo control lógico y la ciudad gigantesca provoca extrañeza y angustia sobre el yo poético. Entre 1931-34 Lorca escribe el Diván del Tamarit desde una voz trágica donde casidas y gacelas son recorridas por el deseo incesante como hilo conductor. Y en 1935 verá la luz esa elegía funeral con tintes épicos que llora la muerte de su gran amigo Ignacio Sánchez Mejías en la plaza de toros de Manzanares.
Por último, cerramos el volumen con las partituras de las canciones populares antiguas musicadas por Lorca y los once sonetos de amor escritos entre 1935 y 1936 -más conocidos como Sonetos del amor oscuro-, ciclo que no verá la luz hasta 1984. En ellos Lorca vuelve a la estrofa como ejercicio de dominio poético, y al amor, oscuro desde su nacimiento, a través de un lenguaje del deseo que no se reduce a trascender la verdad homosexual silenciada hasta entonces. Ejercicios literarios que van más allá de la propia experiencia y que, en palabras de Vicente Aleixandre son “un prodigio de pasión... puro y ardiente monumento al amor”.
En suma, nos llena de satisfacción el poder presentar este primer tomo de las Obras completas de Federico García Lorca que revisa a la luz de otras ediciones críticas la ya canónica de Miguel García Posada, sumando importantes aportaciones como la versión de Poeta en Nueva York según el nuevo testimonio del manuscrito Bergamín.