Ediciones Liliputienses, 2019
(Los poetas editores ; 2)
142 p. 21x15 cm.
9788494874628
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Por ese espíritu iconoclasta que lo mueve, García tiene puntos en común con autores como Tao Lin, Kenneth Goldsmith o Craig Dworkin, por nombrar sólo algunos de un universo mucho más amplio. Poetas del copy and paste, de la no-autoría, de la no-creatividad. Luis Eduardo García le da una vuelta de tuerca a esta nueva panacea y es capaz de reírse también de los que ríen. Porque eso sí que no se puede olvidar: el mexicano es un poeta cómico, como su amigote Ortuño es cómico también. Si el lector cree que están llorando, se equivoca. Si el lector cree que están tomando una posición moral, se equivoca. Luis Eduardo García se parece a uno de esos delanteros que acaba de driblear al arquero y tiene todo el arco a su disposición. Y elige, por propia voluntad, echarla afuera.
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