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Cuando el doctor Raúl AlfonsÃn asumÃa la presidencia de la Nación, en 1983, convocó a Francisco Delich para llevar adelante uno de los más importantes desafÃos del nuevo gobierno: la normalización de la Universidad de Buenos Aires y que constituyó posteriormente, su legado intelectual más sobresaliente. Durante los 808 dÃas duró su conducción frente del rectorado, se pudo se dar por finalizado el arbitrario sistema de ingreso a la universidad, eliminar los cupos, mantener la gratuidad de la enseñanza; al mismo tiempo se crearon nuevas carreras, se llamó a concurso para los cargos docentes y se normalizaron todas las facultades. El desafÃo era, a la vez que se implementaban todas estas acciones, reconvertir la universidad en una moderna casa de estudios, de cara al nuevo milenio que se acercaba, y ponerla a la altura de las mejores del mundo.