A hierro muere

Pablo es un chico normal. Saca buenas notas en los estudios de bachillerato, se lleva bien con sus padres, ocupa susfines de semana ayudando a deficientes mentales y se siente satisfecho de su labor humanitaria. Además, tiene un amigo excepcional, al que idolatra, con el que comparte sus inquietudes y del que recibe sabios consejos, como que algunas chicas coleccionan cabezas de pardillos para colgarlas de una pared y luego tirarlas al cubo de la basura. Una tarde conoce a una mujer. Es el azar. Aunque esa señora podría ser perfectamente su madre, se enamora de ella. Con el tiempo, se le hubiera pasado; pero quiere el destino que una tarde Pablo se suba a un árbol, y se caiga, y se hiera la pierna y que ella esté cerca. Y que, con sus mimos, sus dedos y sus soplos le cure el raspón y, a la par, le destroce el corazón. Un sacerdote con el que tuvo un tropiezo ya olvidado en un tren nocturno hace tiempo reaparece insospechadamente en su vida. A partir de ahí, Pablo se transforma: el chico amable se convierte en un homicida. En potencia y en acto.