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En Breve Historia de los Godos se recorren varios siglos y miles de kilómetros se sucedieron simbiosis culturales, guerras, construcciones polÃticas e ideológicas y, sobre todo, un esfuerzo denodado por integrarse en el mundo romano, primero como aliados y luego como sucesores y herederos de la cultura del Imperio en los dos reinos que construyeron en Italia e Hispania. Poco que ver con la imagen legendaria de crueldad y barbarie. El primero desapareció pronto, pero el segundo, el reino hispanogodo, o visigodo, de Toledo, se convirtió en el más complejo y romanizado de Occidente, con intelectuales de la talla de Isidoro de Sevilla y una legislación que perduró durante siglos.
FermÃn Miranda-GarcÃa nos hace ver claramente cómo los reinos de Italia e Hispania que construyeron ostrogodos y visigodos asumieron la continuidad de lo romano sin negar la singularidad de lo germano, y eso implicaba tanto mantener las grandes lÃneas de pensamiento e institucionalización de la Roma cristiana como heredar sus profundas debilidades y carencias. El reino hispanogodo de Toledo, podÃa deslumbrar a Occidente con las crónicas de Juan de BÃclaro, el pensamiento de Isidoro de Sevilla o la legislación del Liber Iudicum, , pero era incapaz de organizar un sistema sucesorio, de controlar las luchas nobiliarias o de afrontar unido los peligros que pudieran venir del exterior.