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El emperador Carlos V recogióuna herencia muy extensa que iba desde los estados de Flandes a los reinos y señorÃos de la penÃnsula Ibérica, y que incluÃa, entre otros, Nápoles, las Ãndias o presidios en Ãfrica. Tuvo que enfrentarse a los mayores problemas de su época: la ruptura de la unidad espiritual de Europa y la amenaza que representóel avance de los turcos. Y lo hizo con un espÃritu universalista, abogando por lo que hoy llamamos civilización europea. Joseph Pérez, el hispanista que más y mejor ha investigado este perÃodo de nuestra historia, traza un penetrante retrato de Carlos V y analiza con agudeza los problemas de la época. La figura de uno de los mayores gobernantes de la historia entraña la siguiente cuestión: ¿fue su reinado el último destello de la Edad Media o el primer esbozo de la modernidad?