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Ahora que tienes terminado este libro de cartas Ãntimas como prendas de encaje y por lo mismo delicadas y transparentes, dime si las publicas, si has encontrado el editor perfecto para que su divulgación contente corazones. A mà me ilusionan de verdad, y las leo sonriendo como si me llovieran palabras nuevas, gota a gota, tanta es la frescura de su dicción. Son tan visuales, tan claras y decidoras que parecen atravesadas por un aire limpio. SÃ, hay en su registro de voz un trémolo ajustado a la respiración. que es un palpitar vivo de nostalgias. y visiones perennizadas. Luce ahà no sé qué atmósfera virgen de recordaciones en estado de presencias moviéndose, entre objetos memorables, como puras encarnaciones de un sueño. Y eres tú, fijando la vista en el cuello estirado de los minutos, recreándote en el no olvido de las salas y los corredores por donde has pasado una vez atrozmente despierto besando como un loco los labios de la vida.