Disponible bajo pedido
Las lenguas caucásicas del Norte (circasiano, chechenio, ingusetio) y las del Sur (georgiano) están emparentadas con el vasco, como lo están otras lenguas vivas (bereber) y muertas del Mediterráneo (guanche, egipcio, etrusco, ibero, minoico). Se describe en el presente libro cómo estas lenguas usko-mediterráneas están también emparentadas con el hitita, el sumerio y el hurrita. Estas úlitmas se hablaron en Mesopotamia y Anatolia, se escribieron en cuneiforme y están cercanas a las lenguas caucásicas actuales. Se presentan traducciones de las escrituras cuneiformes, utilizando el vasco antiguo, y se comprueba cómo la epopeya sumeria de Gilgames y el código de leyes de Hamurabi no son tales, sino literatura funeraria y religiosa. El lenguaje cuneiforme hitita no es indoeuropeo, sino usko-mediterráneo, como el hurrita, ambos similares al vasco y a algunas lenguas caucásicas.
Los estudios genéticos incluyen a turcos, iranÃes, kurdos y georgianos como pertenecientes al sustrato antiguo mediterráneo. Esto contrasta con la composición genética de los griegos, que tienen un componente negro sub-sahariano, procedente probablemente de una inmigración ("hijas de Danao") de etÃopes y/o negros del Egipto faraónico.
Finalmente se relatan los avatares de los pueblos caucásicos y de los kurdos, luchando vanamente para mantener su identidad y se indican las raÃces culturales y lingüÃsticas de estas gentes que han sido deportadas, masacradas y borradas del mapa en algunos casos (norcaucásicos, chechenos o ingusetios). En la actualidad, sólo algunos de ellos son capaces de mantener sus genes y, en menos grado, la lengua de sus ancestros, encontrándose desplazados (circisianos) o viviendo en condiciones infrahumanas (kurdos) o bien errantes en busca de asilo en otros paÃses.