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"Diálogo a cuatro manos es, ya de entrada, una experiencia singular, un libro de poemas con material de dos personas, que parece haber nacido de un juego: “yo escribo un poema y tú me lo comentas o creas otro a partir de lo que el mÃo te sugiera; luego hacemos al revésâ€. Fórmula original y enriquecedora, en la que nada permite al lector distinguir la autorÃa de cada uno de los textos, con lo que el juego mantiene el interés. DestacarÃa el hecho de que ambas autoras brillan tanto por sus creaciones como por sus comentarios, algunos tan acertados y profundos que superan incluso el poema que los inspiró. El libro es, pues, una cadenciosa exploración del propio universo creativo y del universo del otro -en este caso de la otra- que, combinados, pueden perfectamente constituir el universo de todas nosotras, lectoras. Creo que la complicidad en la escritura es una de las más potentes que puedan existir y, sin duda, una gran forma de amistad.
El libro tiene una notable dosis de humor y de una cierta “locuraâ€, y a menudo centra deliberadamente la atención en la otra cara de la vida razonable y cotidiana. En este sentido, es una formidable corriente de aire fresco. Los textos de Diálogo a cuatro manos, en los que a veces descubrimos ecos machadianos y comparaciones al más puro estilo clásico de La IlÃada, ofrecen muchos ejemplos de poesÃa elaborada a partir del poso que deja la vida vivida con plena conciencia: Si vives todavÃa (p. 108). Juego de naipes (p.23) es uno de los poemas más ocurrentes que jamás haya leÃdo, por el juego de palabras y por la originalidad de su enunciado. Al poema Lágrimas (p. 60) le sigue un bellÃsimo apunte, casi metafórico, sobre la composición... y descubrimos a una Esfinge muy particular (p. 88).
Otra de las originalidades del volumen está en el hecho de que muchos poemas tienen su origen en la contemplación de alguna obra pictórica, musical, o de arte en general. De esta atenta observación pueden surgir, como un metalenguaje, pinceladas de simplicidad y de belleza como la del breve Niñas jugando en la playa (p. 63).
La lectora de Diálogo a cuatro manos se encontrará frente a una poesÃa muy de mujeres, frente a un universo que nos pertenece en una cierta exclusiva: se me ha retirado la poesÃa /desde que nadie mama de mis versos (Poeta abandonada, p. 29), y en poemas como Lamentable pérdida (p. 76) o MagnÃfico Sorolla (p. 79) descubrirá una gran fuerza expresiva."