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El presente trabajo desarrolla la hipótesis según la cual el Partido Republicano Radical de Lerroux podría haber tenido un papel moderador en la política de la Segunda República. Pudo haber sido un factor de consolidación y equilibrio frente a las tendencias centrífugas disgregadoras del régimen republicano representadas por la extrema derecha y la extrema izquierda. Es decir, el PRR aspiraba a ampliar las bases sociales de apoyo a la República. Eso explicaría en parte la ambigüedad y contradicciones de su discurso, rayano a veces en la demagogia. Sin embargo, el Partido Radical fue incapaz de desempeñar este papel por varias razones: la corrupción del partido, la polarización de la política, el hecho de que dos de los grandes partidos (CEDA y PSOE) no fuesen netamente republicanos, la miopía política y las animadversiones personales entre los líderes de los principales partidos republicanos (verbigracia, la relación entre Lerroux y Azaña) que imposibilitaron el entendimiento entre los radicales y los republicanos de izquierda y la animadversión mutua entre socialistas y radicales.