Esta es la historia de algunos atÃpicos viajeros –Sterling Hayden, Josep Maria de Sagarra, Zane Grey, Friedrich W. Murnau, Victor Segalen, Rupert Brooke, Robert Gibbings o Henri Matisse– a quienes el azar o el sueño llevó a los Mares del Sur, a la Polinesia, como en busca de una Arcadia mÃtica. Hermanados por el espejismo tahitiano, todos ellos tuvieron algo de beachcombers –mito complementario al de la vahiné tahitiana–: especie de vagabundos de las islas, disolutos, para quienes Tahità era un irrefrenable anhelo y el viaje a aquellas latitudes una verdadera peregrinación. Mientras tanto, algunas escritoras expatriadas a estas islas, como Aurora Bertrana o Elsa Triolet, redefinirán lo exótico como cotidiano.
Este singular libro parte de un breve viaje de su autor, y de un largo periplo como lector –el viaje a otros viajes– con el que Alejandro J. Ratia teje un cuadro polifónico en el que los caminos de sus personajes se entrecruzan. Se trata de un periodo –primera mitad del siglo XX– en que convivÃan la exaltación del exotismo y la crÃtica al modelo colonial, tiempos en que viajar hasta Tahità o Bora Bora no era ya aventura alguna, nada comparable a los relatos fundacionales de Bougainville, Cook y Wallis, cuando aquel paÃs –anticipado por fabulaciones y poemas– apareció de repente como un sueño hecho realidad, una maravilla que corrÃa el peligro de esfumarse al tocarla. Era el destino perfecto, paraÃso del sexo, donde se vivÃa sin trabajar y la comida brotaba de los árboles.
De la cultura tahitiana aún quedaban los rescoldos cuando recalaron por allà Stevenson, Gauguin o Pierre Loti, pero el sueño polinesio se habÃa reconvertido ya en un mito paradójico, respecto al espÃritu explorador o el impulso predatorio. El universo mÃtico que rodea a TahitÃ, como viaje de ida y vuelta, será el destino perfecto no tanto del emprendedor aventurero como del soñador y disoluto, preso de la tentación de la indolencia. Pocos de los personajes retratados por Ratia se decidieron a morir allÃ. Todos llegaron a tiempo de abordar una arqueologÃa de la aventura. Tahità es ese lugar al que se planea viajar para encontrarse de vuelta en casa.
