Francisco de Borja y su tiempo
polÃtica, religión y cultura en la Edad Moderna
GarcÃa Hernán, Enrique (ed.)
Ryan, MarÃa del Pilar (ed.)
Disponible bajo pedido
Francisco de Borja (GandÃa, 1510 - Roma, 1572), figura cimera del siglo XVI, ha sido justamente relacionado con la nobleza –pese a renunciar a sus tÃtulos y privilegios–, y con una ejemplar vida religiosa como jesuita.
Tempranamente fue considerado patrono de la nobleza española y habsbúrgica por su estrecha vinculación con ese estamento y por su paradigmático navegar en el peligroso mar de la corte. Es también patrono de Valencia y de Lisboa, y desde 1922 patrono de la Curia Generalicia de la CompañÃa de Jesús. Los biógrafos han enmarcado el abandono de su ducado de GandÃa y el abrazo a la vida jesuÃtica con los contornos dolorosos de las muertes de la emperatriz y de su esposa. También se han destacado algunas de sus especiales actitudes, como la humildad y penitencia. Pero otras, como la prudencia, la alegrÃa, la generosidad y disponibilidad total para servir a su patria y a la Iglesia han quedado difuminadas a causa de un exagerado empeño por engrandecerle desgajándolo del mundo en que vivió. Ha sido trasladado del siglo XVI al XVII porque las primeras biografÃas se sirvieron de testimonios de los procesos de beatificación y canonización muy posteriores a la fecha de su muerte. Sus descendientes, en esos momentos en la cúspide del
poder, idealizaron su figura. Asà quedó descarnado en muchos aspectos, especialmente en lo referente a su humanidad, flaquezas y desengaños, luchas y tensiones. Todo lo referente a sus opciones polÃtico-religiosas fueron sublimadas sin más; bosquejadas asÃ, someramente, con el adorno de su santidad