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Joseph Roth terminó de escribir La leyenda del santo bebedor dos semanas antes de morir, alcoholizado y apátrida, en ParÃs. Escrita entre el otoño de y la primavera de , su postrera nouvelle se considera el legado y testamento de su pensamiento más Ãntimo, pero, como ocurre con el resto de su obra, con frecuencia se ha leÃdo exclusivamente dentro del canon occidental, ignorando su innegable encaje en la tradición judÃa europea. Asà pues, la investigadora Berta Ares Yáñez se propone en este ensayo explorar los topos, sÃmbolos, metáforas y motivos literarios que caracterizan la obra de Roth, profeta de la modernidad, muchos de ellos procedentes de la literatura del shtetl oriental y de la mÃstica luriana, y asà reconciliarla con la «tradición oculta», como la llamó Hannah Arendt por estar fuera del canon con el que Europa se ha explicado a sà misma
