La (neo)lógica de las lenguas
¿por qué no podemos parar de crear palabras?
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Alubiada, like, televermut, flamencólico... no podemos parar de crear palabras: las lenguas necesitan de nuestra imaginación y nuestra complicidad colectiva para ponerse al dÃa, y jamás pueden escapar de nuestras ganas de nombrar lo que nos rodea: es la (neo)lógica de las lenguas: el Ãmpetu que las lleva a reinventarse para no pasar de moda.
Este libro se pasea por los procedimientos de formación de neologismos huyendo de reglas y teorÃas: en lugar de eso, habla de préstamos que son princesas guerreras, de compuestos tan veloces como un tren bala japonés, de acrónimos que se cierran peor que el baúl de la Piquer o de las irreconciliables diferencias que existen entre los neologismos Pantoja y los neologismos Winehouse.
Además, intenta dar algunos apuntes sobre la relación de amor-odio entre las palabras recién creadas y los diccionarios... y de cómo nos afecta a los hablantes estar en medio de ese fuego cruzado de definiciones, categorÃas y sesgos ideológicos. Un intento, en definitiva, de hacer que quienes amamos las palabras perdamos el miedo a reinventarlas siempre que nos apetezca.