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Toño Azpilcueta pasa sus dÃas entre su trabajo en un colegio, su familia y su gran pasión, la música criolla, sobre la que lleva investigando desde su juventud. Un dÃa, una llamada le cambia la vida. Una invitación para ir a escuchar a un guitarrista desconocido, Lalo Molfino, personaje del que nadie sabe demasiado pero de gran talento, parece confirmar todas sus intuiciones: el amor profundo que siente por los valses, marineras, polkas y huainos peruanos tiene una razón más allá del placer de escucharlos (o bailarlos).
Tal vez lo que ocurra es que la música criolla sea, en realidad, no sólo una seña de identidad de todo un paÃs y expresión de esa actitud tan peruana de la huachaferÃa («la mayor contribución de Perú a la cultural universal», según Toño Azpilcueta), sino algo mucho más importante: un elemento capaz de provocar una revolución social, de derribar prejuicios y barreras raciales para unir al paÃs entero en un abrazo fraterno y mestizo. En un paÃs fracturado y asolado por la violencia de Sendero Luminoso, la música podrÃa ser aquello que recuerde a todos los que conforman la sociedad que, por encima de cualquier otra cosa, son hermanos y compatriotas. Y en esto, es posible que el virtuosismo de la guitarra de Lalo Molfino tenga mucho que ver.
Toño Azpilcueta decide investigar más sobre Molfino, viajar a su lugar de origen, conocer a este personaje esquivo, saber de su historia, de su familia y amores, de cómo llegó a convertirse en un guitarrista tan excelso. Y se propone también escribir un libro donde contar la historia de la música criolla y desarrollar esa idea que ha inoculado en su mente el descubrimiento de este músico extraordinario. La ficción y el ensayo se entremezclan asÃ, de forma magistral, en esta novela en la que el premio nobel peruano vuelve sobre un tema que le obsesiona desde hace años: las utopÃas. Eso es lo que persigue Toño Azpilcueta en última instancia: la utopÃa de generar, a través del arte, una idea de paÃs.