Retrato de una dama
Sevilla en cien retratos de mujer
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Uno no pinta siempre lo que ve, sino lo que siente”
La cita de Van Gogh es aplicable a la locura de intentar retratar a una mujer madura cargada con la belleza que da el paso de los siglos. Un intento de captar la belleza actual y la belleza primitiva, las señales que dejó en su piel el paso de Oriente y de Occidente, el intimismo musulmán y la tradición cristiana, la grandeza del Imperio y el simbolismo teatral del Barroco, la ensoñación romántica y la gracia costumbrista. Añadidos de siglos a una belleza natural. Retratos de ayer y retratos de hoy, nombre reconocidos y mujeres anónimas, teselas de un mosaico de figuras que intentan reflejar la belleza de un rostro pero también la hermosura de un alma, de una epidermis y de un espíritu.
Una seleccionada galería realizada con la pluma y con la cámara, con la razón y con el corazón, que refleja modas y épocas pasadas, símbolos y alegorías eternas, realidades presentes y apuestas de futuro. Cien rostros de mujer que conforman un caleidoscopio de miradas convergentes en el rostro de la vieja dama. Rostros de piedra y de mármol, de cerámica y de bronce, de piel viva y de corazones latiendo al ritmo de la ciudad. Híspalis, Isbilia o Siviglia. Roma triunfante o eterna aspirante a la grandeza. El recuerdo del pasado en un retrato del presente. Cien miradas imposibles para el vano intento de captar la belleza de la más inalcanzable de las damas: la llaman Sevilla.