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Durante mucho tiempo se ha considerado que la realidad social estaba determinada por la esfera de las relaciones económicas. La economÃa, las finanzas, el mercado y el trabajo serÃan las principales causas que dan forma a las organizaciones civiles, a los equilibrios polÃticos y a los valores éticos. Esta perspectiva surge de doctrinas materialistas de derechas y de izquierdas que actualmente se han difundido ampliamente en el mundo occidental, y más allá también. Sin embargo, numerosos estudios hacen hincapié en que el papel de las instituciones polÃticas no es siempre una superestructura que simplemente responde a las necesidades de la economÃa. Es más, el análisis histórico subraya que el desarrollo integral de un sistema siempre es resultado de una dinámica en la que cambian y evolucionan conjuntamente los niveles polÃticos, económicos, sociales, religiosos y culturales. Sobre todo hoy, la redefinición de un nuevo orden global nace de una comprensión completa del devenir histórico-social.