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Con un lenguaje minero que no hace concesiones estéticas, duro y directo, Saavedra hace un repaso a casi cuarenta años de dominio del SOMA en Asturias, de sus tramas de corrupción, de su control de la Caja de Ahorros, de los ayuntamientos mineros y del propio Principado de Asturias. Cuarenta años que acaban cuando el lÃder minero abandona la secretarÃa general del sindicato entre lágrimas, poco tiempo antes de conocerse que habÃa regularizado 1,4 millones de euros en la amnistÃa fiscal del Gobierno del PP. Para entonces Villa ya estaba solo y muchos se apuntaban al carro de unas denuncias que Antón Saavedra venÃa gritando contra viento y marea desde los años ochenta. «Antes de cerrar un solo pozo tendrán que pasar por encima de mi cadáver», decÃa José Ãngel Fernández Villa en aquellos años. Desde entonces han cerrado la mayorÃa de los pozos mineros asturianos y el todopoderoso sindicalista es ya un cadáver polÃtico, todo lo que ocurrió en medio lo cuenta Saavedra en estas páginas con contundencia y sin morderse la lengua.